¿Quién mató a Franco? Entrega II: El desierto que nos envuelve.
¿Quién mató a Franco?
II: El desierto que
nos envuelve.
Las
Palmas de Gran Canaria, 21 de julio de 2024
Lo recuerdo como una de las primeras decepciones de mi infancia. Vivíamos en el piso de la calle Carvajal, yo no sé si aún estaba en Parvulitos, e iba al Colegio Las Flores, por encima del Cine Carvajal, que luego fue un cine X (claro que la calle de las putas estaba al lado, claro que entonces yo de eso no tenía ni idea), o ya iba al Colegio Iberia. El hecho es que cuando estaba en casa contigo, y oía a Mara González, anunciar "Las hierbas salvajes de Morís Mesegué" (eso es lo que yo oía) mi fantasiosa mente infantil se echaba a volar. Me imaginaba a un hombre vestido con disfraz de brujo, con gorro incluído, dando saltitos entre las hierbas que crecían salvajes en un solar del Lugo, que entonces había muchos, llenos de caca de perro, pues entonces a nadie se le ocurría pensar que los dueños debían recoger las cacas de sus perros. Un día pasamos por Tomás Morales, no sé si yo ya leía o me lo leíste tú: el cartel decía: "Las hierbas salvajes de Maurice Messegué". Mira Manolillo, ésto es lo que tanto anuncian por la radio. Que decepción. Nada de brujos barbudos recogiendo rastrojos con los que preparar pociones mágicas, sino una fría y aséptica tienda.
No sé si tú llegaste a verlo en vivo, pero anoche, no sé por qué, salió en la conversación y mi amigo Javier me acabó enseñando una foto de la Iglesia del Pino, cuando al lado no había nada y el arenal parecía estar a punto de comérsela. El otro día leí que la iglesia la había financiado Luis Antúnez, y que se inauguró hace poco más de un siglo, en 1921, a condición de que la pusieran bajo la advocación de la Virgen del Pino, porque su madre se llamaba Pino. Así que ya ves, Mami, si yo fuera a dejar una iglesia en legado se debería de llamar Santa Isabel, aunque ya hay una en Escaleritas. ¿Sabes? Mi amigo Javier me contó que aún recuerda que, siendo niño, su padre le llevó a la Iglesia del Pino, a finales de 1975, o principios de 1976, a ver a la gente que tenía que dormir en los bancos de la iglesia. Franco acababa de morir, Hassán II había organizado la Marcha Verde, y España había abandonado el Sáhara, que entonces era una provincia española. ¿Cuántas veces viajaría mi abuelo al Sáhara? Entonces era como ir a La Palma, de hecho, no sé si queda más cerca. Y también iba mi abuelo a Sidi Ifni, y a Guinea, que una vez te trajo un camaleón. Recuerdo que mi abuelo, en el salón de la casa de Escaleritas, tenía una espingarda saharaui. Mi abuelo siempre hablaba muy bien, con mucho respeto, de los saharauis. Decía que eran muy habilidosos, que les dabas un clavo y te hacían un anillo. Sin embargo, de los marroquíes no decía lo mismo. Si mi abuelo levantara la cabeza y se enterara de que España, de que un gobierno español del PSOE, había dado la espalda al Sáhara y le había venido a decir a Marruecos que el Sáhara de ellos del disgusto se volvía a la tumba. Pero ya en 1975 España le dio la espalda al Sáhara, y los españoles que vivían allí salieron huyendo y la mayoría llegaron a Las Palmas. Tengo entendido que los primeros barracones de Pedro Hidalgo se construyeron a toda prisa para acoger a gente que salió huyendo del Sáhara. Cicatrices de la historia que quedan en la geografía. Pero primero no había ni eso. Y a mi amigo Javi lo llevó el padre a ver a gente durmiendo en los bancos de la iglesia del Pino para que entendiera que no todo el mundo tiene la suerte de tener un lugar en que dormir. Ya, mami, ya sé que se va acercando la hora, y te quieres entrar para ir a cenar. Yo me voy también a cenar, y luego a dormir, que tengo dónde ya mañana vuelvo a verte.
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El año 1975 estaba a punto de terminar. Aún no se había comprado el piso de la calle Carvajal, aún vivíamos de alquiler en San Rafael, justo al lado de la fábrica de Tirma, que luego se hizo famosa vendiendo sus ambrosías no sólo por todas las islas, sino también por la Península y África, además de por las nubes, claro. Tú tenías 37 años, llevabas 7 años casada. Tu hija mayor ya había cumplido los 6, la mediana los 4 y yo, el pequeño, los dos. Y mi abuelo Ángel, tu padre, que aún no había llegado a los 70, llevaba ya unos años jubilado de la compañía Transmediterránea, tras haberse pasado la mayor parte de su vida laboral navegando entre las islas, y entre Canarias, Sidi Ifni, Guinea y el Sáhara. Mi padre llevaba ya casi 13 años trabajando en la fábrica, que aún estaba en Guanarteme, hasta el 78 (tiempos de cambio) no se mudarían al Cruce de Melenara.
¿Qué diría en la época Radio Las Palmas? Porque las islas habían estado vinculadas desde hacía mucho al Sáhara, según se mire, casi desde la conquista en el siglo XV. ¿Cómo te sentaría a ti la noticia? Al fin y al cabo, eras la hija de un marino español que había hecho su carrera en las colonias. Siempre recuerdo que, cuando yo era pequeño, no sé si más con sorna que con ganas de pincharnos, mi abuelo a veces se refería a Santa Cruz de Tenerife como "la capital de la colonia". Al fin y al cabo, Santa Cruz era la ciudad a la que había llegado Franco hacía 40 años, para ocupar el cargo de Comandante Militar, desterrado por una república con la que había terminado con el golpe militar que había iniciado aquí.
CONTINUARÁ
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